a) Yo, que escupía a los pusilánimes, he negado durante tanto tiempo ser uno. Me encojo sobre mí mismo, sintiendo el par de manos sobre mis hombros, oprimiéndome. Y talvez sea yo.
b) Apuntando con el dedo índice, lanzó la acusación al frente: ¡Bang!
c) Se quedó callada, como conteniendo aquello que no quería decir. La frase explotó en la boca como un fruto maduro al caer del árbol. Pendejo, dijo, y se echó a llorar.
d) De todas las cosas que podía escucharle decir a mi madre, el clásico “hijoeputa” era el que más me hacía reír.
e) La pequeña joya había desaparecido de su lugar y en aquel momento, tirando el desayuno sobre la mesa, blasfemó, esparciendo la mierda sobre quienes más quería.
f) Lo dijo a mis espaldas y de frente respondí: ¡La tuya!
g) Y de lo que me dijo, nada pudo dolerme más que lo que calló.
h) Quería matarlo, pero me bastó escupirle una palabra.
i) Los niños se miraron uno al otro, aún con el sabor a jabón en la boca, sin saber por qué papá les castigaba por decirle de cariño a su madre lo que todas las noches él repetía en la alcoba.
Y para terminar, otra rolita de Bunbury, que nada que ver con lo anterior:
Album: Flamingos
Canción: Y al final, ...
permite que te invite a la despedida
no importa que no merezca más tu atención
así se hacen las cosas en mí familia
así me enseñaron a que las quisiera yo
permite que te dedique la última línea
no importa que te disguste esta canción
así mi conciencia quedará más tranquila
así en esta banda decimos adiós
...y al final
te ataré con todas mis fuerzas
mis brazos serán cuerdas al bailar este vals
...y al final
quiero verte de nuevo contenta
sigue dando vueltas
si aguantas de pie
permite que te explique que no tengo prisa
no importa que tengas algo mejor que hacer
así nos podemos pegar toda la vida
así si me dejas no te dejaré de querer
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