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martes, mayo 29

Carta de un anulista a Andrés Manuel López Obrador


Señor López:

Antes que nada, debe usted saber que en la elección presidencial de 2006 decidí anular mi voto. Lo mismo hice en 2000, primera elección en la que pude participar y lo propio en las federales intermedias de 2003 y 2009. 
Me llevó mucho tiempo comprender, así, comprender el movimiento anulista. La primera vez que rayé la boleta de lado a lado, lo hice porque ninguno de los candidatos de ese entonces (aquella histórica elección en la que triunfara Vicente Fox) me representaba ni proponía algo que a mí como novel ciudadano importara de verdad. 
Yo descubrí el movimiento de voto nulo hasta las elecciones federales intermedias de 2009 y crucé todas las opciones de las boletas con gusto, consciente de lo que la protesta anulista representaba para mí, consciente además de que partidos ni organismos electorales o gobierno la tomarían en cuenta, pero que era mejor ofrecerles mi boleta anulada que un voto a un candidato o candidata que igual no me representaría, que igual haría con mi voto lo que históricamente han hecho todos los políticos de cualquier partido: desestimarlo y gobernar por sus gustos, con sus filias y fobias, desacatando el mandato constitucional de cumplir y hacer cumplir la ley. 
Porque no creo que haya un solo mandatario o representante popular que haya cumplido con la protesta de ley que realizan cuando asumen el cargo. Ninguno. Ninguna. Todos nos han fallado en mayor o menor medida. Y de las promesas de campaña, mejor ni hablamos. 
He sido un anulista porque creo que el sistema de partidos, como tal, ya no funciona. Porque creo que hay que cambiarlo. He sido un anulista junto con muchos y muchas otras porque creo que la política partidista actual no me representa y debe cambiar. 
Y, no obstante, el próximo 1 de julio de 2012 yo voy a darle mi voto a usted. Sí, a usted señor López. Y le diré el por qué, pero antes, le diré cuáles no son las razones de que le otorgue mi voto:
No votaré por usted, señor López, porque simpatice con su forma de pensar, decir y hacer las cosas.
No votaré por usted, señor López, porque crea que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) me representa.
No votaré por usted, señor López, porque crea en el fraude electoral de 2006.
Tampoco votaré por usted, señor López, porque le tenga fe, porque crea que sólo usted puede cambiar a México, porque sienta que usted es la esperanza de las y los mexicanos, porque en algún nivel de consciencia lo crea un líder nato, un estadista o el caudillo que todos los movimientos sociales del país necesitaban.
No es por eso, señor López.
Votaré por usted, señor López, sí, porque esta democracia fracturada, defectuosa e incluso, de poco fiar, es la única que tenemos por el momento.
Lo haré, señor López, porque he decidido creerle. No sólo a usted, sino al proyecto que plantea. No creo que pueda erradicar la corrupción, como plantea, pero sí que puede haber menos de ese lastre en este país al que quiero tanto.
Votaré por usted, señor López, porque la izquierda merece una segunda oportunidad por la vía de las urnas (la primera la tuvo el señor Cárdenas, en los 80's, y de no haber mediado la concertación, quizá hoy tendríamos otro México dónde protestar. Uno diferente, pues).
Votaré por usted, señor López, porque al igual que me hice responsable de mis votos nulos en el pasado, voy a ser mucho más responsable de mi "voto útil" este 2012, lo que significa que no estoy delegando el mandato en usted únicamente, sino que voy a hacer valer este voto cada uno de los 365 días de cada año durante el sexenio en el que usted, si el voto de la mayoría le favorece, será presidente.
Votaré por usted, señor López, no por la derecha ni por el centro, sino por la única opción de izquierda que queda, la partidista.
Por usted, señor López, pero con una clara advertencia de por medio:
Nosotros, nosotras, anulistas o simpatizantes, opositores e indecisos, jóvenes y viejos, mujeres y hombres que decidamos el llamado "voto útil" a su favor, no le daremos respiro. Habrá de aguantar la crítica, la exigencia, la demanda, porque las críticas, exigencias y demandas que otros desoyeron, usted habrá de soportarlas, atenderlas y solventarlas. No espere aplausos de nosotros, los que en esta última hora hemos decidido apoyarle, espere la exigencia que ha de estar a la altura del puesto al que hoy, usted, aspira.
Y, eso sí, no celebraré su victoria si es que el voto de la mayoría lo elige presidente. No, no voy a salir a las calles con banderines feliz por la derrota de las otras opciones. Al contrario. Yo, desde mi más humilde trinchera, me arremangaré la camisa y trabajaré por el México que en su propuesta se esboza. Un México que requerirá del esfuerzo de cada uno de las y los mexicanos.  Yo sé que las cosas no se van a resolver mágicamente cuando usted asuma, sino que, por el contrario, vendrán tiempos de muchos cambios, algunos que no serán fáciles ni bien recibidos. Sé también que el resultado de este cambio se dará en el largo plazo. Lo sé.
Precisamente por ese México diferente del futuro, voy a votar por usted. Con la esperanza de que, más allá de las urnas, todos y todas nos hagamos responsables del país, este México que hoy más que nunca, necesita de la ciudadanía. 
Tendrá mi voto, señor López, y no espero de usted ni las gracias. Espero que, de verdad, junto al resto de las y los mexicanos que le apoyemos, trabajemos para que las cosas por fin y de una vez, cambien para bien.
Y votaré por usted, señor López, incluso con la esperanza de que, quienes no lo hagan, se decidan en algún momento a dejar de lado las fobias que medios y partidos han cultivado durante los últimos años y tomen en sus manos la responsabilidad que implica ser ciudadano. Una responsabilidad de tiempo completo y que yo, también, desde este humilde espacio, pretendo ejercer no sólo cada seis años en las urnas, sino toda la vida. 

Atentamente

Un anulista. 

miércoles, febrero 11

La escritura, una especie de travestismo: Nadia

Supongo que algún día yo también le haré una entrevista... o quizá no.

Es la escritura una especie de travestismo: Nadia Villafuerte

* A través de la palabra uno se maquilla, dice la autora chiapaneca

México, 11 Feb (Notimex).- Historias de mojados, prostitutas,
corrupción política, vejaciones y extrema pobreza son el eje temático
del libro "¨Te gusta el látex, cielo?", de la escritora chiapaneca
Nadia Villafuerte.
En entrevista, Villafuerte explicó que "es un texto que tiene
como escenario las fronteras norte y sur del país, pero más que
mostrar una frontera territorial, pretendo definir a la frontera como
un estado emocional en el que los personajes huyen de una realidad
convulsa".
La escritora añadió que recurrió a personajes degradados,
ubicados en la frontera del sexo, la vida en pareja, la piel, la
mirada y todo lo real que ocurre bajo la superficie.
Continuó: "A lo largo de diez cuentos presento una realidad
donde se hilan los peligros, el crimen, la violencia y diferentes
estados emocionales como la soledad y el desarraigo".
Al inquirirla sobre la relación que existe entre lo que escribe
y su vida personal, Villafuerte mencionó: "La mayoría de las cosas
que he plasmado en mis obras traduce mucho de mi personalidad, ya que
la escritura es una especie de travestismo porque a través de la
palabra uno se maquilla".
Al respecto, señaló que el viaje, la trayectoria, la
marginalidad, el fracaso y el dolor, temas sobre los que ha escrito
en la mayoría de sus textos, tienen que ver con sus obsesiones como
autora y como persona.
Sobre sus inicios en el mundo de la escritura, evocó que fueron
intuitivos, porque la realidad no le fue suficiente y en un acto de
megalomanía y egolatría comenzó a construir un escenario propio que
estuviera fuera de su entorno inmediato.
La también periodista se autodefinió como una escritora realista
porque la mayoría de los contenidos que aborda tienen que ver con el
entorno en el que se mueve.
"No me interesa hablar de un mundo en el que no vivo, de modo
que la realidad es un escenario que me permite buscar matices y
personajes que se conectan a través de sus estados emocionales",
señaló.
La entrevistada aprovechó la oportunidad para recomendar la
lectura de este su nuevo libro porque, a decir de ella, los lectores
podrán encontrar en sus páginas historias de personajes que puedan
decirles algo de ciertos escenarios y emociones que los vincule con
el medio en el que se desarrollan.
Finalmente, reveló que en la actualidad trabaja una novela
polifónica, que tiene como escenarios diversos puertos del mundo y
cuyo personaje central es una mujer que enlaza a los demás
protagonistas.
Nadia Villafuerte nació en 1978 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,
donde estudió periodismo y música en las universidades Autónoma de
Chiapas (UACH) y de Ciencias y Artes (Unicach).
Es autora de los libros de cuentos "Barcos en Houston" (Consejo
Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, 2005) y "Presidente,
por favor", en la colección de narrativa negra La casa ciega (Edaf,
España;, 2006).
"¨Te gusta el látex, cielo? es publicado por el Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través del Fondo Editorial
Tierra Adentro. Reúne los cuentos Flores rojas, Tinta azul, Frontera
de sal, Yésira, La piscina, Roxi, What are you looking for, Grillos,
Cajita feliz y ¨Te gusta el látex, cielo?
Su presentación está prevista para el 24 de febrero en la Feria
Internacional del Libro del Palacio de Minería, que organiza la
Universidad Nacional Autónoma de México.