Y si planteara con un verso una verdad, una verdad que sangre, que se rompa en mil pedazos y caiga por el sueño como astillas de una botella lanzada al mar con un mensaje que nunca termina de llegar, que se ha descalabrado contra el adoquinado de nuestros días.
He vuelto a soñar con serpientes. Sueño despierto con serpientes transparentes, Uroboros; sueño con canciones que ahora son más claras que nunca.
Has escuchado sueño con serpientes? Yo la escucho a cada rato en mi cabeza. Ahora es más clara. Mucho más que nunca. Ha quedado claro en mi cabeza qué son esas serpientes y aunque quiero sonreír por haber descifrado el acertijo, tengo que asentir solamente con la cabeza reconociendo la paradoja.
Todo son paradojas. Todo tránsito. Todo en tránsito. Parafraseando a Sabines, siempre estamos buscándonos, a cada rato, en unas manos conocidas o desconocidas, en un mirador, en una avenida, en una noche, en los extraños despertares de la mañana, en las presencias y en las ausencias (por eso tanta paradoja). Yo me encuentro, soñando con serpientes, Sensemayá, Uroboros, Láquesis, sus colmillos envenenados que son los míos desgarran la carne, inoculan su esencia, y la ponzoña empieza a hacer efecto enturbiando mis sentidos, alterándolos, alterando consigo la noche y volviéndola más clara.
Todo es paradoja. Todo es tránsito.
Sueño con serpientes. La has escuchado? Ahora todo es más claro.
Sueño con serpientes, con serpientes de mar,
con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
lo que puedan arrebatarle al amor.
Oh, la mato y aparece una mayor.
Oh, con mucho más infierno en digestión.
No quepo en su boca, me trata de tragar
pero se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca; le doy de masticar
una paloma y la enveneno de mi bien.
Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
y planteo con un verso una verdad.
He vuelto a soñar con serpientes. Sueño despierto con serpientes transparentes, Uroboros; sueño con canciones que ahora son más claras que nunca.
Has escuchado sueño con serpientes? Yo la escucho a cada rato en mi cabeza. Ahora es más clara. Mucho más que nunca. Ha quedado claro en mi cabeza qué son esas serpientes y aunque quiero sonreír por haber descifrado el acertijo, tengo que asentir solamente con la cabeza reconociendo la paradoja.
Todo son paradojas. Todo tránsito. Todo en tránsito. Parafraseando a Sabines, siempre estamos buscándonos, a cada rato, en unas manos conocidas o desconocidas, en un mirador, en una avenida, en una noche, en los extraños despertares de la mañana, en las presencias y en las ausencias (por eso tanta paradoja). Yo me encuentro, soñando con serpientes, Sensemayá, Uroboros, Láquesis, sus colmillos envenenados que son los míos desgarran la carne, inoculan su esencia, y la ponzoña empieza a hacer efecto enturbiando mis sentidos, alterándolos, alterando consigo la noche y volviéndola más clara.
Todo es paradoja. Todo es tránsito.
Sueño con serpientes. La has escuchado? Ahora todo es más claro.
Sueño con serpientes, con serpientes de mar,
con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
lo que puedan arrebatarle al amor.
Oh, la mato y aparece una mayor.
Oh, con mucho más infierno en digestión.
No quepo en su boca, me trata de tragar
pero se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca; le doy de masticar
una paloma y la enveneno de mi bien.
Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
y planteo con un verso una verdad.
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Ahora mucho más infierno en digestión. Todo es más claro. Al fin.
1 comentarios:
Lo unico claro es que no sabes explicar el siginificado y te crees sabio llenando el epacio con tus palabritas maquilladas :paradoja blablabla.Otro poeta frustrado
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