sábado, diciembre 15

Enferma, enferma.... muerta.

Estaba sonando Avalancha, de Héroes del Silencio cuando las cosas pasaron. Lo primero fue el susto, la impresión, el pánico. Qué mezcla de sensaciones, de sentimientos.
La voz de Bunbury se seguía escuchando, al menos por algunos instantes, mientras mis ojos veían aquel espectáculo atroz: los colores perdían su nitidez ante mis ojos, las imágenes se deformaban como en la peor de las pesadillas.
"Esto pasará, ¡esto tiene que pasar! Solo es un momento...".
Cerré los ojos y los abrí de nuevo, esperando que todo aquello se hubiera terminado. Pero ahora ya no había más colores. Todo era negro. Negro. Negro. Una oscuridad insondable.
"¡No puede ser!" No podía ser, aquello no me podía estar pasando, no a mí. Había escuchado cómo lo mismo le había ocurrido a cientos, a miles alrededor del mundo. Pero como pasa con todas las tragedias, uno no espera, no imagina que le pueda pasar. Evasión. Simple evasión de una realidad que me había alcanzado como un mal sueño nos alcanza en la noche, justo cuando las cosas parecen más bellas.
Ya no escuchaba la voz de Bunbury, ya no escuchaba más Avalancha. Avalancha.
Intenté atajar el destino. Me moví después de unos instantes de sorpresa. Revisé todo alrededor esperando encontrar el origen de aquella vorágine de sucesos. Probé una vez y luego otra. "¡Puedo hacerlo, sé que puedo!"
Luego empecé a sudar, a desesperarme, a sentir la rabia y el corage dentro de mí. Vi al reloj, tenía que irme, tenía que dejar aquello así, huir al menos por unas horas.
Al llegar la noche, al volver a aquel sitio, todo seguía igual. El tiempo no lo cura todo, al menos, no esto.
Revisé las cosas, ahí estaba aquella imagen que tanto dolor me había causado durante la tarde. Ese ojo rojo, parpadeando.

Ahí estaba ella, mi bella consola Xbox 360, agonizante, enferma, muerta. Ni una imagen llenaba el televisor, ni un efecto de sonido nacía de los altavoces estéreo. Simplemente ahí, encendida, en coma, pero sin vida, nada dentro de ella, nada afuera.
Mi Xbox 360 está muerta. Vendrán por ella apartir del lunes, la llevarán a un mejor lugar donde cambiarán sus cables, intentarán darle nueva vida, aunque solo Bill Gates sabe si podrán. Yo tendré que esperar al menos un mes antes de volver a intentar, de volver a soñar con ser un Guitar Hero, un Jefe Maestro.

Tendré que esperar... esperar... a que ella reviva.


2 comentarios:

Leona dijo...

mi buen amigoo!! lamento lo del xbox ;-( buuuu me uno en condolencias a la resignacion de tu aburrimiento nocturno =P jajaja


ni modos.. a buscar con q cosita te entretienes de mientras... jajaja

Lord Edramagor dijo...

Gracias por el pésame, amiga. Estoy retomando la Nintendo DS :p mientras regresa mi "blanquita". Apenas el viernes pasaron los del servicio de paquetería por ella con la bella promesa de que de 10 a 15 días regresará como nueva. Para esto, ya habrán pasado navidad y año nuevo, ni papermate.
Un abrazo y saludos ;)