¿Quién alguna vez no ha dicho, refiriéndose a alguien que se cree de ascendencia europea o cosas así: ese wey es más mexicano que el nopal?
Incluso, alguna vez hemos dicho "a aquel cuate le llamamos el nopal... por lo baboso".
El nopal es por su propia naturaleza, parte de nuestra cultura en todos sus aspectos:
Lo usamos como referente en nuestra lengua materna: al hacer alusión a la abstinencia (practica el no-palito).
Y claro, en la gastronomía ni se diga.
Pero pronto, eso podría terminar debido a que el nopal está en extinción. Así lo consigna una nota del Milenio Diario que a continuación les dejo para que se instruyan y juntos, tomemos cartas en el asunto.
A sembrar nopales compas, pa que no se acaben.
El nopal, uno de los principales alimentos mexicanos por su importancia nutricional y uso como materia prima, podría estar en peligro ante la diseminación de la palomilla o Cactoblastis cactorum en tierras continentales mexicanas, que puede ocasionar una catástrofe económica y biológica si no se aplican medidas en materia de control y prevención.
Ante ese posible escenario, las poblaciones de esta cactácea podrían reducirse, lo que generaría impactos en los ecosistemas mexicanos, además de incuantificables pérdidas para los grandes y pequeños productores que dependen de esta especie.
María del Carmen Mandujano Sánchez, del Instituto de Ecología de la UNAM, explicó que en el corto plazo si esta plaga se propaga en el territorio –con registro en Quintana Roo– y “no se aplican buenas medidas de control y prevención, puede ocasionar una catástrofe económica y biológica”.
Explicó que cuando Cactoblastis cactorum llega a la planta, consume todos sus tallos nuevos, sigue con los viejos y las frutas e inhibe la producción. La actividad es tan rápida que hace hoyos por todos lados y por ahí ingresan bacterias, hongos y patógenos que enferman y matan a la planta.
La palomilla del nopal, que apareció a finales de los 80, es un importante depredador utilizado como control de las plagas en Australia y África, pero por diversas razones llegó a las islas del Caribe y de ahí a La Florida, aunque no se sabe con certeza si por dispersión natural a través de huracanes o por tráfico y venta de especies.
Durante 2006, México registró una producción de 546 mil 476 toneladas de nopales comestibles, 117 mil 812 del forrajero y 366 mil 527 de tunas, y se contabilizó una superficie sembrada de ocho mil 523 hectáreas para consumo, cuatro mil 735 para forraje y 49 mil 954 de tuna, según la Sagarpa.
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