Venga. Pase por aquí. Estoy esperando a que me diga a la cara todo lo que tenga dentro.
Le suplico unicamente un par de metros de distancia, no quiero me salpique de su bilis y sus vísceras.
Ande, siéntese ahí, póngase cómodo y desahóguese. Yo tengo todo el tiempo del mundo.
Venga. Que si soy un mediocre o un mentecato.
Si soy un maldito o un vanidoso.
Lo que sea, suéltelo, sáquelo de su ronco pecho. Quiero escucharlo.
Que si debo morir deshollado, que si deben desmembrarme o quemarme vivo.
Dígalo, sin pena, a eso ha venido, ¿no es así?
Ha caminado todo este rato, con la cabeza caliente de ideas, planeando mi muerte
o mi futuro sufrimiento.
Así que no se calle. Lo conmino: máteme a palabras si eso quiere.
A mí, me dará tanta risa.
Dígame las cosas con odio, con furia, golpéeme con sus maldiciones.
Que si soy un advenedizo, un infeliz.
¿Me pregunta quién me creo para hablarle así?
Yo soy yo. Y punto.
Ande. Dígame lo que vino a decirme.
Le pido que suelte su lengua, que saque su rabia,
que vomite sus palabras, todas las que quiera.
Dígame todo lo que quiera, yo no le contestaré.
Eche todos sus insultos encima, con cuidado, uno a uno.
Así, a dos metros de distancia para evitar los escupitajos
----------(sólo esos no quiero aceptarle),
écheme toda la mierda del mundo si lo desea.
Dígame algo que no sepa.
A mí, todo eso, me dará mucha risa.
A mí, usted no me importa.
Jajajá! Ja já!
Jajajá! Ja já!
Mentiras Expuestas - acomodar la realidad - ECDQEMSD Podcast
Hace 18 horas.
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