Las vi de cerca y no parecían mías.
¿De quién serían? ¿A quién se las habré robado?
Quizá me las robaron a mí,
las han cambiado,
o son de utilería y se han ido atrofiando.
Se mueven torpes, cometen errores,
pellizcan y se duermen.
Las uñas crecen más durante la noche
y se convulsionan de día, nerviosas,
sudorosas, casi ajenas.
No parecen mías cuando las veo de cerca.
Parecen estar esperando el momento indicado
para saltarme al cuello, a estrangularme,
independizarse de mí para después,
despegarse e ir por ahí, andando,
por las calles mojadas de lluvia
o por las aceras hirvientes de sol.
Seguramente, de poder hacerlo,
se irían de mí,
confirmándome como lo que soy de tiempo atrás:
un simple, tonto, torpe manco.
ECDQEMSD Podcast Show 6125 - Me lo dijo el Tarot
Hace 2 días.
1 comentarios:
ola, saludos.
tu blog me pareció muy interesante y en realidad ahí más de lo que pareciera a simple vista.
buen día.
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