jueves, diciembre 4

Never... (pequeño relato al asalto entre café y café).

Presentación.
No tiene.

Justificación.
No es necesaria.

Antecedentes.
Dos tazas de café con poca azúcar, medio vaso de agua. Temperatura ambiente: 27 grados Celcius. En la televisión hay futbol: Santos-Toluca cero a cero al minuto 46 del segundo tiempo, partido de ida, semifinales. Las notas ya fueron enviadas.

1. La palabra significaba "nunca".
La palabra significaba "nunca" pero no la podía decir, por que de hecho, era demasiado absoluta para soltarla así nomás por qué sí. Sería un tanto irresponsable. Como si de pronto estuvieras en la terrible situación de tener sujeta a una persona con una mano mientras con la otra te aferras a una cornisa en lo alto de un edificio. No son muchas opciones, pero ninguna se puede tomar a la ligera. ¿Entindes?
Por eso la palabra "singnificaba" lo que "significaba". Tampoco eso es fácil de entender.
Como sea.

1.1. Lo último era un "whatever".
Al final de la conversación, era un "lo que sea" y no por que no tuviera importancia. Sino todo lo contrario. Imagina que sueltas la mano y logras recuperar tu peso para ponerte en un lugar seguro. Atrás quedó la peligrosa cornisa. Alcanzas refugio. Pero, ¿y el dueño de la otra mano?
Ja ja já.
Lo que sea. Pero no, ¿verdad? la cosa no es así de simple. Por eso, never.

2. Otra vez.
Por tanto se hace necesaria una explicación completa pero condensada de los hechos que preceden el relato que concluye este proyecto, que como tal, no lleva a un producto final sino que plantea un inicio hacia un resultado deseado.
Sin embargo, explicarlo una vez más requeriría (o a caso ¿no?) olvidar un poco la explicación previa. Por lo tanto, la explicación se omite, como siempre: again.

3. El relato.
Escrita la última línea, volteó hacia la izquierda, contemplando la seña afirmativa de quien había atestiguado el procedimiento. Firmó, todavía con algunas dudas. Volteó una vez más, hacia la izquierda; la persona en cuestión se había alejado un paso atrás y le lanzó esa mirada. Respondió con una expresión que cuestionaba, al menos eso parecía.
Cerrado el sobre, lo colocó en medio de la mesa, esta vez ya no volteó a la izquierda. Quizo decir algo:
- ¿Seguro? Acuérdate que yo soy zur...-
¡BANG!

4. Conclusión.
¿Hay alguna?

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