Sé que no soy el único, pero vamos, este tipo de rachas se vuelven cada vez más constantes y desgastantes.
Supongo que noviembre fue un mes largo pero vaya manera de terminar. Mira nada más como ha quedado el auto. Puedo decir, !no importa! y sí, talvez no importe, pero... aún así, es difícil no sentirse frustrado.
Ves el parabrisas estrellado, el lateral desecho y la salpicadera abollada y dices, "adiós a mi futuro aguinaldo". Piensas después, "solo será eso, unos pesos", pero, ¿será? ¿o la mala racha se extenderá?
Es como un ser vivo, ¡vivo!
En fin, lo que quisiera al menos es que no se sumen nuevas preocupaciones a los percances extraordinarios. Que el ir y venir cotidiano no magnifique lo que debe quedarse en un simple y sencillo desfalco económico que como todo, pasará.
¿Qué pasa?
Simplemente una mala racha. Hay que intentar guardar la calma. "Quizá mañana diferente todo será".
domingo, diciembre 3
Pero que mala pata...
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