Supongo que estoy triste, o eufórico, o desesperado. O con ganas de tener un sueño lúcido, largo largo largo. Como si durante una noche pasarán días. Despertar confundido, ignorando si es lunes o es marzo. Reconocer las ganas encadenadas. O volver a calzar mis zapatos gastados. ¿Dónde estará mi máquina de escribir? La perdí hace tanto. Mi carpeta de fotografías y mis tarjetas coleccionables, también se han traspapelado. Hoy amanecí triste, o eufórico, o desesperado. Como si hoy fuera mi cumpleaños y yo mismo lo hubiera olvidado. Me doy cuenta, que engordamos de metafísica nuestros problemas más flacos: el auto descompuesto, la casa inacabada, la ropa sucia, el aburrido trabajo. Si ya hay bastante metafísica en no pensar nada, no sé para que insistir y seguir pensando.
Imagen: wwwvireta.blogia.com
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