viernes, julio 6

Corriendo con tijeras


Si nuestros padres nos hubieran visto, dirían:
niños, dejen de hacer eso, se pueden lastimar,
les quedarán cicatrices en la cara y en el cuerpo,
marcas para toda la vida. Dejen de hacerlo.
Y lo más seguro es que no les hubiéramos hecho caso:
¿qué niño en su sano juicio hace caso?
¿estamos nosotros al menos en juicio?
¿importa?
Si tú lo sabes ya, ¿qué te digo?
Sólo corríamos, a veces yo por delante,
a veces tú,
con un par de tijeras afiladas en las manos,
desgarrando las cortinas,
hiriendo los muebles en sus mullidos brazos,
queriendo cortar el agua a tijeretazos,
corríamos, corríamos, a veces tomados de la mano,
agitando nuestra arma blanca cual bandera,
riendo a carcajadas y llorando,
por que la vida es un hilo en las manos de la parca
y nuestras manos llevan las tijeras para cortarlo.
Si tus padres o los míos nos hubieran visto correr,
si alguien nos hubiera visto,
habría tenido envidia, te lo juro,
envidia de la mala,
por que no hay personas más felices
que las que corren con tijeras.

Nota: El título de esta entrada está inspirado en una película que, espero, pronto pongan en cartelera, la cual está basada a su vez en las vivencias del personaje principal… y la película se llama así: “Corriendo con tijeras” aunque en México han interpretado el nombre de otra forma… no sé qué más decir… ah! Sí, sale Alec Baldwin… y no recuerdo quien más. Se ve divertida.

2 comentarios:

martín dijo...

conclusión espeluznante... sin embargo admito que correr con tijeras, palos, vasos de crital, etcétera es el único deporte del que salí invicto (véase heridas graves. ej. primos y hermana). en fin, como sea, al h. quiroga que habita en mí le gusta mucho esa sensación.

salud pues!

Lord Edramagor dijo...

Mi estimado, qué mejor deporte, siempre, que aquel que conlleva un riesgo. Gracias por darse una vuelta por este humilde espacio.
Y como dice usté, salud!