jueves, octubre 30

La biblioteca es fría.

Silenciosa. Me pongo los audífonos pero no tengo nada que escuchar (la cinta de la grabadora se terminó y realmente no apunté nada de lo que debía). La gente habla en voz baja y hace planes sobre tareas a entregar.
La biblioteca es fría y la ciudad se pone fría afuera. ¡No he de ponerme melancólico! (Ah, qué basura!)
Quiero escribir un montón de cosas...
...y a la vez, no me importaría vegetar por algunas semanas en casa, sólo con el televisor prendido, de veras que no me importaría.
Sin embargo pasa una cosa. Para vegetar como es debido, habría que dejar resueltos todos esos pendientes: el mundo desintegrándose, la distancia expresada en unos cuantos centenares de kilómetros, el tiempo corriendo con su habitual lerma y todas esas cosas que la calle nos reclama hacer.
Ah, sí, hablaba de la biblioteca.
Es silenciosa, fría y muchos vienen aquí como yo por la conexión inalámbrica.
No se puede fumar.
No importa, sigo tosiendo como si lo hiciera. Necesito propóleo. Miel y polen por las mañanas para aliviarme la garganta. Da igual. No importa.
La biblioteca está fría, las calles afuera lo están más (frente frío número "x").
En realidad no es el frío lo que me importa. Lo que me estresa. Lo que me pone sin ganas. En realidad, es...

2 comentarios:

Búho dijo...

¡¿Qué es? ¿Qué es?! *recordando la horrible versión de "What's this?" de "The nightmare before christmas", jo, muy en época :P*
Bua, tómese un jarabito, chamaco, u_u...no se me vaya a poner más 'pior'...

Gracias por los comments en mis debrayes raros a los que yo llamo "textos" :P...

Un saludote, estimado Lord :)

Cristina V dijo...

YO SE QUE ES..PORQUE LA BIBLIOTECA QUE NO VISITO ME PARECE FRIA, LAS CALLES SON FRIAS Y LA CASA TAMBIEN...YO SE QUE ES.. ESPERO PRONTO ENTREMOS EN CALOR ;)