Es cierto. Siempre contaba chistes. Sentado a una mesa frente a la casa, a la hora del calor, domingo a domingo. Levantaba con calma el vaso de cerveza y hablaba del tema en turno como si fuera la primera vez en la vida que alguien lo tocara.
Hace un par de años, cuando todavía "hacía radio" y llegaba los domingos a la casa, me decía que me había escuchado. Cris dice que era "mi fan".
Su saludo era suave. Solía sentarse a cerrar bolsas de tostadas con una paciencia que el más estoico envidiaría.
Escuchaba la hora de la marimba en la radio y recibía los abrazos de Cris y sus hermanas siempre como la primera vez desde que lo recuerdo.
Yo envidiaba secretamente a Cris por ello, y me alegraba también de ello. Por eso me entristecí con ella, por eso al final, también lloré con ella. ¿Cómo no hacerlo? Cuando una familia entera te ha compartido tantas alegrías, no puedes hacer mas que sumarte también en sus tristezas.
Me hubiera gustado hacer más. Supongo que uno tiene que ocupar invariablemente su lugar.
Yo por eso sigo a lado de ella, abrazándola fuerte, acompañándola en esta despedida que es solo un "hasta después". Yo sé que ella sabrá hacer lo indicado: recordarlo con una sonrisa.
martes, febrero 17
Don Mancho.
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3 comentarios:
Otra cosa nos identifica y nos une: la tristeza, pero es bueno saber que los amigos somos una extensión de la familia y en los momentos difíciles también estamos ahí.
Empezamos el año despidiendo a nuestros abuelitos, pero los llevaremos siempre en el corazón.
los abuelos son parte importante de nuestra vida, son o fueron esas personas que nos miman y que nos cuentan historias fantàsticas...viejitos necios, divertidos, y como todos nosotros vulnerables a la estadia en este mundo, gracias a dios que tuvimos la oportunidad de disfrutarlos, de acariciarlos, de sonreirles, de ofrecerles un beso sincero en la mejilla, gracias a la vida que nos dejò tocar su piel llena de historias...un gran recuerdo en el corazon que llevaremos hasta el fin de nuestros dias...los abuelos los dueños de las verdades del mundo que ahora estan en un lugar bien chingon para platicar historias interminables como las que nosotros algùn dia le contaremos a las nuevas generaciones...las despedidas duelen en el alma, pero la esperanza de un reencuentro nos fortifica y mientras en nuestro corazòn exista un recuerdo de ellos no morirán.
Los abuelos no mueren, solo se van buscando una sombra bajo la ceiba para tomar el vaso de cerveza màs sabroso de la vida.
Snif snif.... como son....
Gracias!
A nombre de la Dolly también....
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