Mañana ha de cumplirse el sueño de las serpientes
-o quizá pasado, pero no después del martes-
y podremos ver,
-mientras ese calor absurdo y agobiante que nos abrasa cada día
nos abofetea una vez más a la salida de nuestro odiado refugio-
a ese ejército de poetas a los que debemos llevar al paredón
por escupirnos la verdad de forma inconstante pero permanente.
En tanto las profecías deciden su autocumplimiento
podemos jugar a la destrucción de mundos desiertos
mirando a lados opuestos desde los respectivos asientos del auto.
Cerrar el abismo entre ceja y ceja
-como despedirse sin decir nada verdaderamente importante-
dándole, así, una oportunidad a la suerte para ser esquiva
o al destino para jugar a ironizar lo que pudo ser dicha.
(La garra escondida, con su juguete nuevo,
una piedra de amolar para llevar al agudo el filo).
O podemos guardar silencio
-siempre hay que encontrar haceres en tanto los designios
alcanzan la hora previamente acordada-
como los desconocidos que hemos sido siempre
-sólo dos personas que no se conocen pueden amarse,
y sólo ese infinito espacio de ausencia de recuerdos
puede ajustarse a los términos del "te amaré para siempre"-.
No hablarnos.
No dejarnos.
Dejar que todo lo demás pase y dar la vuelta a la página de los contratos.
...
Pero nada de eso es lo que queremos.
...
Espera. Tras las puertas de cristal se acaban los abanicos
y el calor vuelve a golpearnos.
ECDQEMSD Podcast Show 5920 - El Gran Futbolista
Hace 2 días.
2 comentarios:
Waazzaaaa!!
Generalmente no me late la poesia, pero este está muy chido, me gustó, sobre todo, la parte de "O podemos guardar silencio", está llegador.
Sweet Dreams!!
n_n gracias por sus comentarios, ya ve, siempre hay una frase que se ajusta a nuestro momento.
Un fuerte abrazo. =)
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