sábado, octubre 2

El camino de las lozas amarillas...

Empecé a leer "El Mago de Oz".
En realidad, apenas empiezo. Voy en el prólogo. No soy muy amigo de leer prólogos porque, en ocasiones, alteran la percepción que al final se puede obtener de un texto. Sin embargo, en otras ocasiones, delinean al autor de un texto -como el caso de El Mago de Oz, con 110 años- y confirman algo: la literatura de verdad es universal.
Aún no termino el prólogo, insisto, necesito dedicarle más tiempo. Pero cada vez que veo el libro recuerdo ese dibujo animado de mi niñez y su indeleble canción. Al menos, la "tonadita".
"Espantapájaros, quiere un cerebro; león, valiente y más..."
Pues, vamos a la Ciudad Esmeralda en busca del Mago de Oz... vamos...

1 comentarios:

Mr. fuser dijo...

pero en la consecuencia de leer el prologo puede determinar leer el libro o no, es lo que enamora y da el contexto de la lectura del libro en general...

Ademas el libro es un clasico

saludos