Parque de la Marimba. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Foto del 19 de octubre de 2015. |
Este año lloverá menos.
Lo han dicho en las noticias
y se comenta sobre las mesas del café.
Hará calor como nunca,
herviremos hasta que la fiebre nos sea familiar.
Se nos hará extraño no estar enfermos.
Lloverá, dicen, si es que llueve,
cuando mayo agonice
en nuestro regazo.
La ciudad ya no es más el retrato en el que pienso
cuando te extraño.
La han desfigurado.
La hemos roto.
Y aún así guarda sus milagros:
el intenso amarillo de las primaveras
sorprende en estos días.
La vida explota y nos hace preguntarnos
si hemos de verla otra vez.
Los trozos de la ciudad
se niegan a unirse,
incluso el más cariñoso intento
los hace temblar hasta desvanecerse.
Cuando caiga la lluvia,
porque habrá de caer
como una risa,
una mano que aclara el cristal,
un cuerpo que se desnuda bajo de una lámpara,
bien valdría la pena naufraguemos para alimentar su lecho.
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