viernes, mayo 20

Algo que se podría hacer



Algo que se podría hacer con todo es olvidarlo.
Posible, sí, pero no conveniente.
Por eso dejo a este pensamiento seguir reptando
sobre mi piel,
llaga que me lame los ojos, una peste.
Una arcada que expulsa al vino.

Pero estas son las lecciones de la tristeza,
de la rabia, del asco, el ansia.
El peor error sería arrepentirse
de dar el paso que te condujo a la caída.
No es la noria
de un pie delante del otro,
esas serpentinas con luces de colores
que brillaban
como un millar de posibilidades,
no la incertidumbre como
un trago de mezcal a ciegas en la noche,
ni las líneas de las manos
garabateadas con el humo de los cigarros.
No.

Aquello era la ofrenda y a vos te nombré ritual.
Aún puedo sonreír a esa certeza.
Pero mañana vendrá la lluvia
y dejará limpio todo.
Incluso esta ciudad
que nos hemos tatuado bajo la carne,
la que no deja de cambiar y de cambiarnos.

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