Cerró el libro. Había estado leyendo por varias horas y aunque seguía emocionado por la historia, por las últimas páginas en las que se habían posado sus ojos, por las ambivalencias de los personajes, por la congruencia en los argumentos, por la sutil forma en que los giros se sucedían llevándolo cada vez más lejos -y más hondo- en aquella narración, prefirió desistir.
Le ardían los ojos, tenía la espalda adolorida, las piernas se le habían dormido y estaba el inconveniente de tener que visitar el baño.
Apagó el enécimo cigarrillo aplastando la cabeza humeante contra el cenicero. Lo hizo distraída pero firmemente, hasta que sintió que el calor de la braza se había apagado. Descubrió la mancha de ceniza en su dedo e intentó, sin resultados, borrarla. El sudor había pegado el tizne contra su piel. De cualquier forma no importaba.
No sabía de bien a bien cuánto tiempo había pasado así. Lo único que necesitaba saber era lo que traía la página siguiente, y la que le sucedía, y así, hasta el final. Sería mejor si no tuviera final. Si la historia continuara eternamente y él pudiera seguir sentado leyéndola, leyéndola, viviéndola.
¿Y si fuera uno de los personajes?
No, ése era un absurdo. Por supuesto que él no era un personaje de esa novela ni de ninguna otra. El pensamiento se reflejó en su rostro como una expresión de tristeza.
Se levantó finalmente, sintiendo el cosquilleo en las piernas propio del entumecimiento. Puso el libro sobre la mesa y partió. Sólo unos cuantos minutos más tarde, ya se encontraba de nuevo frente al texto, encendía un nuevo cigarro y cruzaba las piernas antes de retomar la lectura.
Volvió a desear lo de momentos antes. Ser ése, el que vivía en las letras. Lo deseó profundamente. Tanto que la cabeza le dolió, por lo que se decidió a apagar el cigarro con el mismo movimiento distraído y firme contra el cenicero.
Ojalá el libro nunca terminara. Eso bastaría.
Sonrió, vio el volumen para leer la tapa: La Historia Interminable.
viernes, abril 17
¿A qué?
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3 comentarios:
Creo que hablabas de mi... :P
Joder! que me pasa exactamente lo mismo.
Si pudiera al menos perderme un rato en la trama, no pido ser la protagonista, solo vivirlo, de cerca, ser yo el adios, la lágrima, el miedo, el orgasmo, la muerte.
Saltar de mi cama hacia el país de las letras que mucho daño le hacen a mis ojos pero hacen bailar a mi alma de alegría con cada nuevo capítulo hasta reconocerse escondida en una línea.
Imposible soltar los globos de gas que me llevan de aquí hacia alguna parte, hacia alguna parte... a alguna parte.
Te quiero...
Beso.
XOXO
Mmm... yo diría...
"Bastián Baltasar Bux", de grande :P
Saludos.
Calixta: Compartimos deseos similars. Sin duda. Sí que sí. :D
Caligatum: Awwwww.... justo al clavo!
Saludos a ambas!
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