Qué paso tan acelerado
con el que se va haciendo tiras al viento.
Aquí, nos hemos detenido.
Hablemos, por ejemplo,
del perfume que no puede visitar el sueño.
¿Por qué el reloj antes no se movía tan rápido?
No me digas que tú
no te has enojado de este modo
jamás.
Cuánta prisa todos los días.
A mí se me están ahogando
las señales,
en cualquier momento
alguien meterá los ojos bajo la superficie
para verme suspendido.
La mirada con que miro
esa desmerecida expresión, ese reflejo,
no se detiene, no se deposita en nada.
Es un através de.
No es una presencia por cuanto no tiene peso.
Podría irme hoy mismo, mañana.
En quince minutos.
Nadie vio cuando llegué
ni cuando apague las luces al marcharme.
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