miércoles, febrero 24

Tacto


No soy yo, no es nada. Cualquier cosa.
Un chicle pegado en la suela del zapato,
una fecha balanceándose en la manecilla de un reloj,
la aguja cayendo en el surco del vinil.
Y también la música.
Yo no pedí que avivaran los sueños
como una brasa bajo mis pies,
pero sigo adivinando la distancia
mientras confirmo cada día
el inútil malabar.
Esta es una competencia espantosa.
Mi sombra siempre se adelanta un paso
para dejarme los añicos.
Da igual: reímos.
Mi mano aún puede hacer un cuenco
en donde beberte.
Tu borde aún puede describirse sobre esta mano.
El mundo se craquela vacío más allá del dorso
pero la palma no se sabe sino cuando se llena.
Una mano no es algo si no se la sujeta.
Solo un arma abandonada, una bruta piedra que ansía la forma.
El universo esperando.
Todo está ocurriendo en este preciso instante
y apenas si nos damos cuenta.
Observamos:
No soy yo, no es nada.

2 comentarios:

Calixta dijo...

¡Wow!Qué imágenes. Un cuenco, un arma, un adiós.

Lord Edramagor dijo...

Calixta! Ya extrañaba leer los comentarios =) Abrazo!